El aspirante demócrata a la Casa Blanca, Joe Biden, respondió con un mensaje cargado de optimismo a sus seguidores frente a los discursos catastrofistas y nacionalistas pronunciados el fin de semana por el presidente Donald Trump.
“Nuestro país fue fundado sobre una idea”, la igualdad de todos los seres humanos, pero “nunca estuvo a la altura”, afirma Biden en un videomensaje por la fiesta del cuatro de julio. “Thomas Jefferson no lo estuvo. Tuvo esclavos, las mujeres estaban excluidas… Pero una vez propuesta, fue una idea que no se podía frenar”, relata el demócrata entre imágenes de la lucha por los derechos civiles y alusiones a la guerra de Sucesión, la era de la segregación racial y la muerte de George Floyd.
“A pesar de todo, estas palabras han corroído nuestra conciencia y nos han llevado hacia la justicia. La historia de Estados Unidos no es ningún cuento de hadas. Ha sido un continuo tira y afloja entre dos rasgos de nuestro carácter, la idea de que todos los hombres son iguales y el racismo que nos ha dividido”, señaló Biden. “Tenemos la oportunidad de extirpar las raíces del racismo sistémico de este país. Tenemos la oportunidad de estar a la altura de las palabras que fundaron esta nación”.
Su mensaje marca un sutil giro en su forma de referirse al pasado del país que puede ayudarle a conectar mejor con el examen de conciencia colectivo que está llevando a cabo. En sus primeros meses como candidato, el exvicepresidente cultivó la idea de que tras cuatro años de Trump en la Casa Blanca era necesario “restaurar el alma de la nación”.
El último discurso de Biden asume y abraza un nuevo contexto social. “Ahora tenemos la oportunidad de dar a los marginados, demonizados, aislados y oprimidos su parte completa del sueño americano. Una oportunidad para acabar con las raíces del racismo sistémico de este país, para estar a la altura de las palabras sobre las que se fundó esta nación”.
El ex número dos de Obama, que será confirmado como candidato oficial del Partido Demócrata en agosto, ha abrazado la causa principal de los manifestantes, pero se ha distanciado de sus reivindicaciones y acciones más radicales, como las propuestas de desmantelar la policía o el derribo de estatuas de George Washington, situándose en línea con el sentir general de la mayoría de estadounidenses. A pesar de los cambios que vive el país, el presidente se ha aferrado a la imagen inmaculada de los padres fundadores y presenta a quienes los critiquen como “radicales”.
Por su trayectoria, que todos los estadounidenses conocen bien, la campaña de Trump lo tiene difícil para convencerles de que Biden es miembro del nuevo “movimiento cultural de ultraizquierda”, pero no pierde ocasión para presentarlo como una persona senil y manipulable, una marioneta en las manos de las facciones más radicales del partido, a las que identifica como responsables de las escenas de pillaje registradas en muchas ciudades al calor de las protestas, antipatriotas que quieren “borrar la historia” con “una telaraña de mentiras” y “acabar con América ”.
Biden también ataca a su rival y lo acusa de intentar “desmantelar la democracia”.
Encuestas
El virtual candidato presidencial demócrata a las elecciones de noviembre en EE UU, aventaja por 8,7 puntos al actual presidente, Donald Trump, en las encuestas de intención de voto, según la media de sondeos de la página especializada Real Clear Politics.
Según los sondeos, Biden parece haber sacado rédito político a la gestión de Trump de la pandemia de la covid-19 y de las protestas contra la desigualdad racial que se extendieron el mes pasado por todo el país.
Estos resultados dan a Biden una cómoda ventaja en la lucha por ser el gobernante que lidere la recuperación de EE UU tras la mayor crisis sanitaria del país en más de un siglo debido a una pandemia que sigue causando estragos.